Roman Abramovich: el ‘topo’ de Vladimir Putin, al descubierto

Roman Abramovich: el ‘topo’ de Vladimir Putin, al descubierto
PREMIUM


CARLOS FRESNEDA

Corresponsal


@cfresneda1

Londres

Actualizado Jueves,
17
marzo
2022

02:01

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Fue detenido a los 25 años por robar y «desviar» a Letonia un tren cargado de diésel. Defraudó más de 2.400 millones de euros en la venta de la petrolera Sibneft, aunque Boris Yeltsin evitó que acabara en la cárcel. Ganó también fraudulentamente la subasta para la compra Slavneft en la era de Vladimir Putin, y así fue subiendo enteros hasta figurar entre los 100 más ricos del mundo, ejerciendo como «topo» para asunto económicos del presidente ruso durante más de dos décadas.

Hasta aquí las revelaciones del documental de Panorama en la BBC, que rastreó durante cuatro años el fulminante ascenso del oligarca ruso Roman Abramovich (con una fortuna estimada de más de 10.500 millones de euros). Dinero Sucio, que así se titula el programa, ha dejado en evidencia a las autoridades británicas por la lentitud a la hora de aplicar sanciones y congelar los activos de Abramovich, incluidas sus acciones en el club de fútbol Chelsea, su palacete en Kensington y hasta 70 propiedades en Londres.

«La acumulación de riqueza a manos de Abramovich es el resultado de la corrupción», asegura el abogado Andrew Mitchell, que destaca sobre todo el «golpe» del oligarca en la operación de Sibneft, adquirida en 1995 por 226 millones de euros (con préstamos del propio Kremlin) y revendida al cabo de una década por 11.800 millones.

El impacto del documental ha coincidido con la nueva ronda de sanciones de la UE contra el oligarca, que dio órdenes para que zarparan sus dos superyates, el Eclipse y el Solaris, anclado en Barcelona a primeros de marzo. Con cara de haber pasado mala noche, Abramovich fue fotografiado el lunes en el aeropuerto de Tel Aviv, desde donde partió en unos de sus tres aviones privados hasta Moscú. En la capital rusa estuvo también la semana pasada, intentando mediar en un acuerdo entre el ex canciller alemán Gerhard Schröder y Vladimir Putin para la guerra de Ucrania.

Abramovich ha negado reiteradamente sus vínculos con el presidente ruso, aunque él mismo recomendó a Yeltsin el nombre de Putin, estuvo en su ceremonia inaugural, fue elegido miembro de la Duma y durante ocho años desempeñó el cargo de gobernador de la remota región autónoma de Chukotka. El biógrafo Chris Hutchins asegura que Abramovich le habla siempre a Putin de «usted» y que la relación entre ambos es «como la de un padre con su hijo favorito» (Abramovich quedó huérfano a los cuatro años).

Ahondando en el estrecho vínculo entre ambos, el documental de Panorama recoge entre otros el testimonio del ex viceministro de Energía Vladimir Milov: «Estoy convencido de que Abramovich puede estar compartiendo su riqueza con Putin, que nunca cede nada a nadie a no ser que logre un interés financiero directo».

La investigación de Panorama revela documentos secretos del Departamento de Investigación de Delitos Económicos que advertían, en 1995, que Abramovich debería de haber sido acusado por fraude por la operación de Sibneft (precursor del gigante Gazprom). El ex fiscal jefe de Rusia en tiempos de Yeltsin, Yuri Skuratov, asegura en el programa como Roman Abramovich y Boris Berezovski «formaron un grupo criminal para engañar al Gobierno y no pagar el dinero que realmente costaba esa empresa».

Los dos oligarcas disputaron en el 2012 una batalla legal en los tribunales británicos por cuenta de la venta de Sibneft. El entonces presidente del Chelsea salió victorioso en la contienda. Berezovksi no solo perdió la partida sino que apareció muerto un año después en extrañas circunstancias, con una soga al cuello en el baño de su mansión cerca de Ascot. Como aseguró a EL MUNDO Marina Litvinenko, viuda del espía Alexander Litvinenko: «Hay una manera muy fácil de distinguir a los amigos y a los enemigos de Putin: los amigos se han hecho ricos, los enemigos están bajo tierra o en la cárcel».

El programa de la BBC revela cómo en la era Putin, Abramovich fue protagonista de la subasta fraudulenta de la petrolera Slavneft. Otro documento obtenido por Panorama revela cómo la Corporación Nacional del Petróleo de China (CNPC) llegó a pujar más dinero, pero uno de sus representantes fue secuestrado en el aeropuerto de Moscú y no fue liberado hasta que la compañía se retiró de la puja.

«Figuras políticas importantes habían decidido ya que la compañía de Abramovich ganaría la licitación», asegura ante las cámaras el ex ministro Vladimir Milov, en una entrevista grabada meses antes de la guerra de Ucrania. Los abogados de Abramovich aseguraron a la BBC que la acusación de secuestro era «totalmente infundada» y que su cliente no estaba al tanto del supuesto incidente.

En la recta final de Dinero Sucio, se hace un mención muy especial a una investigación sobre la delincuencia organizada realizada en el 2010 por los servicios de inteligencia española. Entre las conclusiones puede leerse textualmente: «El oligarca Roman Abramovich está considerado como el gestor de los intereses económicos de Putin».

El diputado conservador y ex ministro del Brexit David Davis se refirió este mismo año en el Parlamento a ese informe, en el momento de reclamar acción al Gobierno británico contra el que ha sido considerado como el «money man» («el tipo del dinero») de Vladimir Putin». Abramovich logró un «visado de oro» en el Reino Unido sin tener que dar mayores explicaciones sobre su fortuna y fue capaz de prestar 1.800 millones de su propio bolsillo para rescatar al Chelsea en el 2003 (y llevarle a conquistar 21 títulos en dos décadas).

El oligarca ruso no pudo renovar su visado británico en el 2018, y desde entonces estaba afincado en Israel, pero el cerco se está estrechando cada vez más pese a sus incuestionables raíces judías. Aún no se sabe si se quedará o no en Moscú, junto a su «protector» Putin. El ministro de Exteriores, Yari Lapid, le ha lanzado por si acaso una severa advertencia: «Israel no se va a convertir en una circunvalación para evitar las sanciones impuestas sobre Rusia por Estados Unidos y otros países occidentales».

Sobre Abramovich pesa además otra acusación final que no aparece en el documental de Panorama: el 29% de las acciones en Evraz y su posible vínculo con la guerra en Ucrania. «El acero de Evraz sirve para construir tanques, entre otras cosas», ha advertido estos días Grzegorz Kuczyski, director del programa de Eurasia del Warsaw Institute. «Esta compañía es importante para la industria del armamento de Rusia, para sus planes de guerra y para la ofensiva en Ucrania». Un portavoz de Abramovich ha negado que el acero de Evraz sea usado para equipos militares y ha asegurado que su destino son las construcción y las redes ferroviarias.